martes, 10 de abril de 2012

Yo estuve a un metro de Paco de Lucia

Este post esta inspirado en un link que me enviase el “Hombre de Campo” Javier Alejo, y se refiere al flamenco. Siempre encontre obvios nexos entre el flamenco y el heavy metal más extremo. Está lo obvio (el frenesí y la velocidad) pero despues aparece la solemnidad y la urgencia del género.

Lo más cerca que estuve del flamenco fue literalmente, a un metro y medio. Por los tardios 80, fuimos con Mercedes a ver a mi idolo absoluto: Paco de Lucia. Con mi modesto presupuesto de estudiante, me dio para comprar entradas fila 40, casi afuera del teatro. Cuando llegamos al lobby nos damos cuenta que nos habian robado las entradas. El productor del espectaculo, cuyo nombre, injustamente, no recuerdo, nos vio cara de pollos mojados, parados en el lobby como si algo fuese a ocurrir y ya empezado el espectaculo, y nos dijo “dejenme ver qué puedo hacer”. Al rato viene y nos dice, “pasen, los invito yo”. Pensabamos que nos pondrian una silla al fondo o que iriamos al superpullman, pero no. El acomodador no detenia su marcha, y fuimos derechito a la primera fila, asientos del medio. Pude sentir la respiracion profunda de Paco y gozar de la gravedad de su arte. Cuando Paco cierra los ojos, es porque la cosa se viene con todo. ¿El mejor concierto que vi en mi vida? No se, deberia pensarlo un rato y ver cómo le pido perdon a Clapton.

Los dejo con el Niño Miguel, un notable musico y protagonista de una trágica historia de excesos y tristezas, como pueden chequear rápido en estos tiempos berreta de Google. Y le agradezco a Javier pescar esta perla.

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