Me simpatiza que se haga justicia
musical, aun con los medios mas inesperados. Asi, me gusta que Guitar Hero haya
acercado a los Allman Brothers a un monton de pibes (y no tanto), que School or
Rock termine con “It a Long Way to the Top “ (AC/DC), o que se haya apelado
tanto al Preludio de la Suite 1 de Cello de Bach en cuanta propaganda que
quiera pasar por seria.
Y si de propagandas hablamos, la de Daiana Arroz pica
en punta. Ademas de haber sido
tremendamente efecitiva, permitio que alguno le haya prestado atencion a Diana
Ross, y quizas a los pibes que estaban detrás de ella, el duo dinámico Nile
Rodgers y Bernard Edwards, guitarrista y bajista, respectivamente que luego de
sentar bandera con Chic, hicieron discos para Madonna, Bowie, Jeff Beck, Duran
Duran, Stevie Ray Vaughan. Me apresuro a decir que casi todos tenemos en algun
lado algun disco en el que estos tipos talentosos metieron mano.
Ademas de hiteros viejos, son
tremendos pedazos de músicos. Prestar particular atencion al endemoniado
comienzo con la guitarra haciendo vaya uno a saber qué, los vientos
contestando, la impecable voz de la Ross sugieriendo el tema, la bateria
pidiendo permiso, en una extendida introduccion, super heterodoxa para la
confeccion de un hit. Una introduccion de 1 minuto para un tema de 4 y pico. Estos
tipos, decididamente, hacian lo que se les cantaba.
El problema con esta cancion, como
decia una vez Manu Ginobili, es que uno no se la puede sacar de la cabeza por una
semana.